El nombre del relato se llamo Shi no Tusna, significa lazos de la muerte, quizá suene un poco tétrico, pero el título lo comprenderéis, cuando lo leáis. ahora si, shurui se despide y os deja leer, en paz. chuuu ^^
Capítulo uno
Todo comenzó ese día, todo.
Mis coletas de movían a la vez que la falda de color negro
a tablas por el pasillo de mi nuevo instituto.
El edificio era antiguo, con altas columnas en al entrada
de la puerta principal, era de hormigón pintadas de cal y pintura blanca. La
puerta principal era pequeña, para la cantidad de alumnos que seguramente
entraría por ella, a diario.
Camine por el pasillo, observándolo con curiosidad, esté
era mucho más grande de lo que yo pensaba. Estaba atestado, alumnos por todas
partes, de todos los cursos, edades, sexo, y sobre todo formas diferentes de
ser.
Entonces, le vi. La persona que cambiaría mi vida en todos
los sentidos, pero por ese entonces yo... no pensaba eso.
Pase a mi clase, todos los sitios estaban ocupados, salvo
uno.
En primera fila, la segunda mesa empezando por la derecha,
el primer asiento lo ocupaba un chico de cabellos azabache, sus ojos eran casi
cristalinos con detalles en color azul gélido, su piel tan pálida que el sol se
podía reflejar en ella, una nariz entre respingona y chata, pómulos bajos y
sonrojados debido al frío que había hecho esa mañana, por último sus labios
sonrosados y carnosos destacaban con levedad. Él vestía unos pantalones de
color negro con cadenas y bolsillos por todas partes de estos, en la parte de
arriba había una sudadera con orejas en la capucha de color azul marino que
recubría su torso.
Me acerque a él, nerviosa esperando un rechazo por su
parte, pero no fue así.
-Hola, perdona... Soy nueva, y no conozco a nadie ¿Me puedo
sentar a tu lado?
El chico aparto la vista de la ventana, para mirarme a los
ojos, con una expresión de sorpresa en su rostro.
-Claro, es muy aburrido sentarse solo.
Moví la silla, nerviosa y me senté con cuidado, poniéndome
las manos detrás de las piernas para evitar que la falda quedase mal colocada,
luego continúe mirando al chico, ya que este no apartaba la mira de mí.
-Me llamo Naoto Sakimichi ¿Cómo te llamas?
El chico me dedico una amplia sonrisa antes de abrir la
boca para responder mi pregunta.
-Un nombre muy bonito, soy Kisuke Yamamoto, encantado
Naoto.
Me sonroje con levedad, devolviéndole la sonrisa.
-Gracias, lo eligió mi hermano mayor, él... me lo puso- Mi
voz sonó más apenada de lo pretendía, pero Kisuke me miro sonriendo más que antes.
-Pues, tiene muy buen gusto, sin lugar a dudas ¿Eres nueva?
-Si... te lo dije antes...
-Oh, perdona -Kisuke se rió sin dejar de sonreír en ningún
momento.-estaba tan sorprendido de que alguien me hablará, que no preste
atención al resto de cosas que decías.
-No, pasa nada, hay veces que es lo mejor...
-Bueno, cambiando de tema ¿Te gusta el centro?
-Un poco antiguo... pero esta bien... supongo...
-¿Supones? No es necesario, lo cierto es que, no es nada
del oro mundo, es viejo, hay algunas partes que se caen a trozos y otras que
son peores que estas, en cuanto a los profesores...puff... bueno, no se como
definirlos muy bien, pero tampoco esperes mucho...
Parpadee varias veces, sorprendida.
-Pues vaya...
-Lo bueno que tiene este centro es que...
-¿Qué es? -Le pregunte con mucha curiosidad, pero en ese
momento, entró un chico con el pelo castaño claro, reflejos rubios, despeinado
y llevaba un gorro puesto. Sus ojos verdosos era increíbles, todo lo contrario
que los de Kisuke, desprendían un sentimiento de energía y alegría. Su piel era
mucho más morena que la del chico, pómulos altos y finos labios. Su ropa era
mucho más colorida, pantalones color carmín y una sudadera negra con capucha.
El chico ya estaba delante nuestra, con solos dos zancadas ya había llegado,
era muy alto. Dio un sonoro golpe en la mesa, haciéndonos reaccionar a ambos.
-¿Se puede saber dónde leches estabas ayer? Kisuke, te
estaba esperando- Le puso las manos sobre los hombros y le zarandeó con
brusquedad.
-Te dije que iría a la biblioteca y que si, te llamaba iría
a tu casa.
-¿Has utilizado un condicional?
-Si, ya sabes lo que significa.
-Porras... ¿Vienes esta tarde?
-Bueno, hoy es viernes, si. Pero hasta el domingo nada.
-Esta bien...- El castaño se cruzo de brazos cuando su
amigo, pasó su mirada a la mía.
-¿Te vienes Naoto?
Le mire sorprendida y parpadee repetidas veces.
-¿yo?- Me señale.
-Claro, será divertido...-Mira al chico castaño esperando a
que dijese algo.
-¿Naoto? Anda, eres la nueva.
-¿Cómo sabes que soy la nueva?-Le mire con los ojos muy
abiertos.
-Pues, porque estas en la boca de todos, bueno lo cierto es
que todos se preguntan por que te has sentado con él -Señalo a su amigo- un tío
tan lúgubre, sombrío y no con otro tío, aparte me han dicho que eras muy guapa
y tenía que venir a averiguarlo.
Miré mi libreta, a Seiji y luego a Kisuke que se encogía de
hombros.
-Amm... vale, ¿y tú eres...?
-Yo, pues soy Seiji Kurosaki, el rey de las fiestas -Seiji
levantó los brazos como si fuese a caer algo de esté.-Encantado-Sonriendo me tendió
la mano, haciendo que la sangre se me subiera a los mejillas con levedad,
estreche mi mano con la suya.
-E-encantada...
-Bien, ya nos conocemos todos, ¿Qué dices? Naoto ¿Te vienes
a casa de este melón para jugar a la play o lo que se nos ponga por delante?
Miré a ambos chicos, los cuales me miraban muy atentos a mi
respuesta.
-Esta bien, pero que sepáis que soy paralitica para ciertos
juegos.
Seiji me sonrió, riéndose
-N-no te creo, seguro que superas a Kisuke-Continúo
riéndose.
-Si, venga.... eso lo dices porque el otro día me caí de
agro...
En ese momento el timbre del comenzamiento de la clase
sonó, y Seiji se marcho a toda velocidad, entre risas.
Ese día, aprendí una cosa muy importante, nunca más iba a
estar sola, ellos dos siempre estarían a mi lado, bajo cualquier circunstancia.
Así es como nos conocimos, solo hay una cosa que deseo
mucho mas que otras...
Y es... Un beso de su boca...
No hay comentarios:
Publicar un comentario